Confesiones de un Publicitario

De nuevo, tengo que echar mano de este libro y escribir unas líneas sobre lo que en él se expone:

<< Reivindico la creación de una vez por todas. Reivindico ir a las Indias por el otro lado y así descubrir América. Reivindico pensar en grande y no en pequeño. Reivindico al señor Gillete, que inventó las hojas de afeitar; reivindico a Bill Gates, que creó Microsoft. (...)
Cuando Prenatal nos confió su comunicación, los hombres no entraban en las tiendas. (...) Involucramos a las parejas. Recuerdo que en uno de los spots aparecía un padre llevando a su bebé con él en una mochila-canguro, mientras la voz en off decía: "Mamá lo ha llevado con ella durante nueve meses. Ahora te toca a tí, papá".

La publicidad tiene que estar atenta a lo que pasa en el mundo, a los cambios sociológicos, a la fuerza del deporte, a la moda, y a todo aquello que pueda influir en el consumidor. A veces se nos acusa a los publicitarios de imponer los gustos, la moda, pero no es cierto. Nosotros somos como surfistas en el océano, que vemos las olas de los movimientos sociales y de la m oda y tenemos que saber cuál es la m ejor para subirnos a ella.

(...) La publicidad te exige ir por la vida con los ojos muy abiertos. Solo se deja de trabajar cuando se duerme>>.

Jamás que cansaré de decir lo que este hombre, Luis Bassat, está llegando a enseñarme sin conocerme y sin yo haber llegado a poner un pie en la pasión que ambos compartimos, LA PUBLICIDAD.